Unión Española perdió 4-2 ante O’Higgins en Santa Laura y consumó el segundo descenso de su historia, 28 años después del de 1997. Lágrimas, frustración y quiebre total en una noche que marcó el final de una era en el club hispano.

TNT Sports Replay | Unión Española 2 – 4 O’Higgins | Fecha 29

ESTADIO SANTA LAURA – UNIVERSIDAD SEK, INDEPENDENCIA, SANTIAGO — domingo 30 de noviembre de 2025. Unión Española no logró extender su lucha por la permanencia y cayó 4-2 ante O’Higgins en Independencia, resultado que —sumado a los triunfos de Deportes Limache e Iquique— sentenció su caída a la Primera B 2026. Santa Laura vivió una escena devastadora: jugadores y hinchas entre lágrimas, bengalas, gritos y una sensación de derrumbe deportivo anunciada durante toda la temporada.

La cita era una final anticipada, una noche límite donde Unión Española no tenía margen de error. Los hispanos debían ganar y esperar que Limache o Iquique cedieran puntos. Pero nada de eso ocurrió. La derrota 4-2 ante O’Higgins, combinada con los triunfos de tomateros y dragones celestes, decretó el descenso de un histórico del fútbol chileno.

Unión comenzó con intensidad y esperanza. A los 14’, Gonzalo Castellani abrió la cuenta con un remate furioso desde 25 metros que desató el grito de Santa Laura. Era un inicio prometedor, pero seis minutos después, Martín Sarrafiore silenció el estadio con el 1-1, aprovechando un error en la contención de Martín Parra. El golpe emocional fue aún mayor cuando Pablo Aránguiz —la gran figura hispana del año— debió abandonar el partido entre lágrimas por una lesión.

El segundo tiempo fue un mazazo. A los 49’, Maximiliano Romero puso el 2-1 con una definición tras un contragolpe. Unión, herida pero no entregada, buscó por todos los medios y encontró el 2-2 a los 83’ gracias a un cabezazo de Bruno Jáuregui que revivió la esperanza.

Pero el milagro nunca llegó.

Mientras Santa Laura rugía, Limache anotaba en La Calera y cerraba su permanencia. Con Unión ya obligada a ganar sí o sí, el equipo se volcó al ataque y quedó expuesto. En el 90+2’, Juan Leiva marcó el 3-2 y, a los 90+7’, Francisco González selló el 4-2 final que desató la tragedia deportiva de Independencia.

La frustración explotó: bengalas, gritos, llanto y el peso histórico del segundo descenso del club tras 28 años en Primera División. La temporada 2026 encontrará a Unión Española en la Primera B, en medio de un profundo cuestionamiento dirigencial y deportivo.

Unión Española desciende en Santa Laura tras perder ante O’Higgins

Claves tácticas

Unión Española (4-2-3-1)
Unión Española vivió un partido dividido entre la urgencia y la desesperación. El plan inicial apostó por intensidad alta, presión adelantada y ataques rápidos por la izquierda con Norambuena–Aránguiz, el circuito más claro del equipo. Castellani y Marín intentaron sostener el mediocampo, pero el doble pivote se rompió rápido ante la movilidad interior de Leiva y Sarrafiore. La lesión de Aránguiz desarmó el desequilibrio ofensivo y obligó a Villagra a modificar la estructura antes de lo previsto. En el segundo tiempo, Unión perdió profundidad y terminó atacando con envíos directos, perdiendo volumen y claridad. El equipo mostró corazón, pero careció de contención, lectura defensiva y manejo emocional cuando O’Higgins golpeó en momentos clave.

O’Higgins (4-2-3-1)
El equipo de Francisco Meneghini planteó un partido inteligente, pragmático y quirúrgico. Leiva y Pinto bloquearon los primeros pases hispanos, mientras Sarrafiore y Rabello flotaron entre líneas para castigar cada pérdida rival. El plan ofensivo fue claro: recuperar alto, transitar rápido y explotar la espalda de Contreras y Norambuena. En el complemento, la intensidad se sostuvo y el equipo encontró espacios amplios gracias al adelantamiento desesperado de Unión. O’Higgins golpeó donde más duele: inicio del segundo tiempo y minutos finales. Romero fue un faro para descargar, González devastador en diagonales internas y Leiva un motor táctico y emocional. El equipo exhibió madurez competitiva para cerrar un partido friccionado.

Ficha del partido

Huachipato 0 – 0 Universidad Católica
🏆 Liga de Primera 2025 – Fecha 29
📍 Estadio CAP Acero, Talcahuano (CHI)
🗓️ Sábado 29 de noviembre de 2025 – 12:00 hrs.
👤 Árbitro: Cristian Galaz Sepúlveda
🎥 VAR: Juan Sepúlveda, Edson Cisternas

Alineaciones

Unión Española (4-2-3-1)
DT: Gonzalo Villagra
1. Martín Parra

2. Kevin Contreras,21. Fabricio Formiliano, 3. Valentín Vidal,24. Gabriel Norambuena
25. Gonzalo Castellani, 17. Felipe Massri (70’ 23. Ignacio Jeraldino)
7. Fernando Ovelar (70’ 6. Bruno Jáuregui), 20. Matías Marín (63’ 10. Ariel Uribe), 22. Pablo Aránguiz (C) (33’ 9. Cristián Insaurralde)
34. Franco Ratotti
Suplentes:
12. Enzo Uribe, 33. Rodrigo Alarcón, 19. Brayan Véjar.

O’Higgins (4-2-3-1)
DT: Francisco Meneghini

31. Omar Carabalí
27. José Movillo (46’ 2. Cristián Morales), 21. Nicolás Garrido, 14. Juan Ignacio Díaz (C),6. Luis Pavez
5. Gabriel Pinto (23’ 20. Felipe Ogaz), 11. Juan Leiva
7. Martín Sarrafiore (86’ 30. Joaquín Tapia), 24. Francisco González, 10. Bryan Rabello (90’+3 9. Arnaldo Castillo)
23. Maximiliano Romero (90’ 29. Benjamín Molina)

Suplentes:
Jorge Luis Deschamps, 28. Esteban Calderón.

⚽ Goles:
14’ Gonzalo Castellani (UNE)
25’ Martín Sarrafiore (OHI)
49’ Francisco González (OHI)
83’ Bruno Jáuregui (UNE)
90’+2’ Juan Leiva (OHI)
90’+7’ Francisco González (OHI)

🟨 Amonestados:

3’ Gabriel Pinto (OHI)
33’ Cristián Insaurralde (UNE)
36’ José Movillo (OHI)
45’+2’ Gonzalo Castellani (UNE)
47’ Gabriel Norambuena (UNE)
49’ Luis Pavez (OHI)
70’ Ignacio Jeraldino (UNE) – protesta
70’ Cristián Morales (OHI) – protesta
85’ Omar Carabalí (OHI) – pérdida de tiempo

🟥 EXPULSADOS

— No hubo.

Figura del partido: Maximiliano Romero (Unión Española)
En Santa Laura, Maximiliano Romero jugó un partido que no necesita de goles para entender su peso competitivo: fue el delantero que ordenó a O’Higgins, que dio la asistencia en el momento exacto y que convirtió cada pelota disputada en una declaración de carácter. No siempre estuvo fino —sus números de precisión no deslumbran—, pero cuando el partido pidió jerarquía, apareció. Fue el nexo que limpió transiciones, bajó balones imposibles, abrió pasillos para Francisco González y generó dos pases que quebraron la defensa hispana: uno terminó en ocasión clara, el otro en la asistencia que abrió el camino a la remontada. Ganó duelos clave, recibió golpes, sostuvo de espaldas y trabajó como un nueve que entiende que las finales por el descenso no se juegan lindas: se juegan fuertes. Sus cuatro remates obligaron a Parra y sus movimientos arrastraron marcas que desordenaron a Unión Española. Además, recuperó pelotas en zonas donde los delanteros normalmente no bajan y cerró un partido de enorme compromiso, coronando 89 minutos de intensidad total antes de dejar el campo. No fue el más vistoso, pero sí el más influyente en la estructura ofensiva: el que permitió que O’Higgins encontrara aire cuando más lo necesitaba. Nota Sofascore: 8.4.

Lo de Unión Española no fue un accidente. Tampoco un golpe del destino o un castigo puntual a un mal partido. Fue la consecuencia inevitable de una temporada desordenada, desarticulada y emocionalmente rota, que tuvo su última escena en Santa Laura: un equipo exhausto, un estadio paralizado entre la esperanza y el dolor, y un rival que, con menos ruido pero con más estructura, terminó ejecutando el veredicto final. El 4-2 ante O’Higgins es solo el marcador; el derrumbe venía de mucho antes.

Tácticamente, el partido fue la radiografía de un club que perdió el guion. Unión salió con intensidad, con un plan agresivo por los costados y un Castellani que marcó el 1-0 que devolvía una vida que ya no existía. Pero el fútbol no perdona a los equipos que no saben sostenerse. Tras el gol, O’Higgins ajustó líneas, Sarrafiore empató demasiado fácil en el primer palo y la lesión de Pablo Aránguiz —un capitán desbordado por la emoción— terminó de quebrar el eje del mediocampo. Desde ahí, Unión dejó de ser un equipo: fue un impulso desordenado, valiente, pero sin estructura.

La segunda parte acentuó la narrativa. Un error en salida derivó en el 2-1 de Maximiliano Romero, símbolo de un O’Higgins que sabía exactamente en qué zonas golpear. Unión respondió con coraje, no con fútbol. El 2-2 de Bruno Jáuregui encendió a un estadio que quería creer, pero Limache ya ganaba y el reloj se volvía un enemigo imposible. Cuando Juan Leiva marcó el 3-2 y Francisco González selló el 4-2 en el 97’, lo que colapsó en Santa Laura no fue un resultado: fue un proyecto completo.

Aránguiz lo dijo con una honestidad que desarma: “Se hicieron mal las cosas desde principio de año. Hay que ser autocríticos. Estamos shockeados.” No es una frase al pasar; es una condena moral y deportiva a una dirigencia que improvisó plantel, sostuvo procesos a medias, acumuló decisiones contradictorias y dejó al equipo expuesto a semanas críticas sin jerarquía institucional. Lo explicó el propio capitán, entre lágrimas: “Unión es un equipo grande, siempre merece estar en Primera. Los jugadores y los técnicos pasan; los hinchas son los que siempre están.” Y allí está la grieta más dolorosa: la desconexión entre una hinchada que entregó todo y una estructura deportiva que no supo proteger a su plantel.

Tácticamente, Unión fue el peor equipo del torneo en aspectos esenciales: salida limpia, cierres defensivos, respuesta emocional ante adversidad y manejo de los momentos del partido. Fue víctima de un desbalance persistente entre intención y ejecución. Si algo explicó el descenso fue esto: la imposibilidad de competir en los metros finales, tanto en ataque como en defensa.

Y aun así, dentro de ese caos, hubo un acto de dignidad: el compromiso de Aránguiz, quien renovó automáticamente y no esquivó el descenso. “Si me toca seguir, daré todo para devolver a Unión donde merece estar.” Ese mensaje es, simbólicamente, el último cable a tierra de un plantel que se sintió abandonado por un proyecto incapaz de sostenerse.

El descenso de Unión Española no es solo un hecho deportivo: es un golpe a la memoria del fútbol chileno. Baja uno de los clubes fundadores, uno de los más antiguos e importantes del país, con tradición, títulos y un presente institucional que no estuvo a la altura de su historia.

Santa Laura lloró, y con razón.

Porque la categoría se pierde en la cancha, pero los descensos —los de verdad, los que marcan una época— se gestan en los escritorios.

Hoy Unión cae.
Pero también inicia la obligación más dura: reconstruirse desde cero, con honestidad, planificación y respeto real por su gente.

Próximos Desafíos

🔴🟡 Unión Española
Unión Española jugará en Coquimbo el jueves 6 de diciembre a las 18:00 horas su último partido en Primera División antes de iniciar el largo camino por el Ascenso en 2026. El duelo en el norte aparece más como un cierre emocional que como una disputa competitiva: la misión del equipo de Gonzalo Villagra será presentarse con profesionalismo, proteger a sus jóvenes, evitar una goleada que profundice el golpe institucional y comenzar a rearmar la identidad que perdió durante el año. El principal objetivo será acompañar desde la cancha a una hinchada devastada, mostrando dignidad y compromiso pese al descenso consumado.

🔵⚪ O’Higgins
El cuadro rancagüino llega a la última fecha con la opción concreta de asegurar el tercer lugar e incluso pelear cupos internacionales, dependiendo de resultados paralelos. El duelo ante Everton el jueves 6 de diciembre a las }18 horas en El Teniente será una prueba de madurez para el equipo de Francisco Meneghini, que viene en alza tras arruinar las últimas esperanzas de Unión Española. O’Higgins deberá mostrar equilibrio: sostener su intensidad ofensiva sin descuidar una zona defensiva que ha sido irregular a lo largo del torneo. Un triunfo los dejaría en una posición histórica para encarar el 2026 con ambición renovada.

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