Una delegación de las comunidades changas de Taltal y Paposo fue invitada por el Observatorio Europeo Austral (ESO) a una jornada astronómica sin precedentes, que incluyó charla personalizada, recorrido por las operaciones científicas, apertura de telescopios, cena en el hotel de astrónomos y observación nocturna. Además, manifestaron su preocupación por los impactos del proyecto energético INNA y reafirmaron que Paranal debe protegerse como patrimonio de la humanidad.
OBSERVATORIO ESO PARANAL, lunes 13 de octubre de 2025. – En la víspera del quinto aniversario del reconocimiento del Pueblo Chango, una delegación compuesta por representantes de comunidades costeras de Taltal y Paposo vivió una experiencia irrepetible en el Observatorio Paranal, invitadas por el Observatorio Europeo Austral (ESO).
La comitiva partió desde la Plaza de Armas de Taltal a las 14:00 horas, sumando en Paposo a miembros de las comunidades: Changa Estrella Recolectores La Playita, Cachinales, Pabla Almendares, El Salitre, El Gaucho y Finao Loreto. El recorrido —organizado con apoyo logístico de la Ilustre Municipalidad de Taltal— buscó acercar a los colectivos locales al conocimiento astronómico y al valor científico del desierto de Atacama.
Un recorrido por el conocimiento y el cosmos
El grupo fue recibido por el equipo de divulgación del ESO, quienes ofrecieron una charla introductoria sobre las características geográficas y científicas que hacen del Desierto de Atacama el mejor lugar del planeta para la observación astronómica.
Durante la presentación, los visitantes conocieron cómo la corriente de Humboldt y la escasez de humedad crean una ventana natural para observar el universo con una nitidez única. También se abordó la historia de los observatorios La Silla, Paranal y ALMA, y los avances tecnológicos que han permitido descubrimientos de alcance mundial, como la detección de los primeros exoplanetas premiada con el Nobel de Física 2019.
“Ha sido una experiencia única, muy nutritiva y especial. De verdad nos dieron un trato VIP, nos abrieron los telescopios en pleno ocaso, pudimos ver cómo trabajan los astrónomos y hasta compartir una cena en el hotel junto a ellos”, expresó Gonzalo Lemus, taltalino aficionado por la astronomía.
Los secretos del Observatorio Paranal
Durante la visita, los asistentes recorrieron las oficinas de operaciones, la sala de control y el interior del telescopio VLT (Very Large Telescope), donde se les explicó el funcionamiento de los sistemas ópticos adaptativos que compensan las deformaciones provocadas por la gravedad y permiten obtener imágenes estables de galaxias y nebulosas distante.
Posteriormente, presenciaron la apertura de los domos al caer la noche, con demostraciones del uso de láseres atmosféricos que ayudan a calibrar la observación astronómica en tiempo real.
“Fue impresionante ver esos rayos dorados despejando el cielo, escuchar el movimiento de las cúpulas y sentir la magnitud de los telescopios justo encima de nosotros. Una de las mejores noches del año, sin dudas”.
Mirar el cielo con los pies en la tierra
La experiencia no solo tuvo un componente científico, sino también emocional y territorial. La delegación constató directamente el impacto de la contaminación lumínica proveniente de sectores como el Parque Eólico Horizonte, Minera Escondida, El Peñón y la ciudad de Antofagasta, cuyos focos se apreciaban con claridad desde la altura de Paranal.
“Fue conmovedor ver lo inmenso de esas luces y pensar en lo mucho que afectan el cielo que intentamos proteger. Ahora tenemos razones empíricas para seguir defendiendo nuestro patrimonio comunal”.
El grupo fue recibido en las instalaciones por profesionales del ESO, quienes ofrecieron una charla educativa sobre la labor del observatorio, su rol en la observación del universo y la importancia de conservar las condiciones naturales del entorno.
Durante el diálogo, las comunidades manifestaron su inquietud por la instalación del proyecto energético INNA, cuestionando su eventual impacto en la visibilidad astronómica y la biodiversidad del sector.
“Nosotros valoramos enormemente esta invitación, pero también creemos que estas instancias deben servir para decir con respeto: no queremos que se destruya Paranal. Este lugar es un patrimonio de la humanidad”, señaló Gonzalo Lemus.
La charla se transformó en un espacio de reflexión sobre la coexistencia entre ciencia, territorio y desarrollo sostenible. Desde el ESO se destacó la disposición de los asistentes a dialogar y se reconoció la importancia de mantener un vínculo respetuoso con las comunidades ancestrales del entorno.
Las comunidades valoraron el gesto del ESO y del municipio, pero también insistieron en que las políticas futuras deben priorizar la protección del entorno astronómico frente a la expansión industrial.
“El cielo de Taltal y Paposo no puede perderse. Es parte de nuestra historia, de nuestra identidad y del futuro de la humanidad”, enfatizó un dirigente chango al cierre del recorrido.
El encuentro coincidió con la semana previa al 5° aniversario del reconocimiento del Pueblo Chango (Ley 21.273), hito que reafirma la conexión entre las comunidades costeras del norte y el territorio que también alberga los observatorios más avanzados del planeta.
Ciencia, identidad y territorio
Los representantes changos agradecieron la instancia y destacaron el apoyo logístico de la Ilustre Municipalidad de Taltal, que facilitó el traslado y la difusión de la actividad.
“Invito a todas las comunidades indígenas y vecinos de Taltal a participar cuando se den estas oportunidades. Es una forma hermosa de sentir que también somos parte del cielo que miramos”, concluyó Gonzalo Lemus.
Con esta visita, Paranal y el ESO refuerzan su vínculo con las comunidades del litoral taltalino, integrando saberes ancestrales y ciencia moderna en un mismo horizonte.
La noche del 12 de octubre quedará grabada como una de las experiencias más memorables del año para las comunidades changas de Taltal y Paposo. Bajo los telescopios del Paranal, la ciencia y la identidad se encontraron en un mismo punto: el cielo más limpio del mundo.
