Chile ya no pelea cupo al 2026, pero el DT interino decidió usar los duelos ante Brasil (Maracaná) y Uruguay (Estadio Nacional) como laboratorio: 28 convocados, regreso de Ben Brereton, tres arqueros sin Brayan Cortés y una apuesta visible por el recambio 2026–2030.

Plantel de la selección chilena posa frente a los reporteros gráficos antes de un partido por Eliminatorias.

SANTIAGO — domingo, 23 de agosto 2025. La lista de Nicolás Córdova es una declaración de principios: ningún integrante de la Generación Dorada y un grupo amplio para probar sociedades sin el peso de la tabla. La convocatoria privilegia futbolistas jóvenes, mezcla locales con emigrados y vuelve a poner en escena a Brereton Díaz como referencia de área/movilidad. El costo político es evidente —cierre formal de un ciclo que le dio dos Copas América—, pero a cambio el técnico gana libertad para acelerar el recambio y medir quién compite a nivel selección.

¿Qué intenta Córdova y qué riesgos asume?

El mensaje táctico se lee en tres líneas:

1, Arco y salida limpia. Tres arqueros sin Cortés (Vigouroux, Reyes, Gillier) sugieren búsqueda de juego con los pies y lectura del espacio a la espalda de la primera presión. El riesgo: poco rodaje de la terna con la zaga nacional en escenarios de altísima exigencia como el Maracaná.

2. Eje defensivo con experiencia, laterales largos. Paulo Díaz y Guillermo Maripán sostienen la columna; por fuera, Gabriel Suazo llega con kilometraje internacional y el carril derecho queda para Fabián Hormazábal o Felipe Loyola (si corre como lateral), con la alternativa de Esteban Matus. La duda: profundidad en el lateral derecho y ajustes finos en la defensa del segundo palo.

3. Volantes para progresar y tres cuartos creativos. El doble pivote puede nacer de Echeverría–Saavedra (recuperación + primer pase) o Echeverría–Pizarro (más progresión interior). Por delante, la lista privilegia talento entre líneas: Lucas Assadi, Luciano Cabral, Javier Altamirano y César Pérez. El riesgo: perder duelos físicos si el equipo queda largo ante transiciones de Brasil/Uruguay.

En ataque, Chile vuelve a tener perfiles complementarios: Brereton y Barticciotto pueden hacer de 9, mientras Osorio, Aravena, Tapia, Cepeda y Gutiérrez abren campo por fuera. El desafío será producir ocasiones sin un “10” clásico dominante: la creatividad deberá ser colectiva (fijaciones por dentro + amplitud real por banda).

En conferencia de prensa, Nicolás Córdova defendió el recambio pensando en la próxima ventana competitiva: «El próximo evento oficial es en 2027… hay que darle la posibilidad a los jugadores que estarán en ese momento», dijo, y reforzó que también pesó el compromiso del grupo: «Uno nota quién tiene ganas de estar». Sobre el arco, explicó que Vigouroux llega con continuidad reciente y que Reyes y Gillier son apuestas de proyección, en un plan que busca volver a competir y acelerar automatismos para Copa América 2027 y Clasificatorias rumbo al Mundial del 2030.

Radiografía del plantel (28)

  • Arqueros (3): Lawrence Vigoroux (Swansea), Vicente Reyes (Peterborough), Thomas Gillier (CF Montreal).

  • Defensas (9): Paulo Díaz (River), Benjamín Kuscevic (Fortaleza), Guillermo Maripán (Torino), Iván Román (Atlético Mineiro), Gabriel Suazo (Sevilla), Esteban Matus (Audax Italiano), Matías Sepúlveda (U. de Chile), Fabián Hormazábal (U. de Chile), Ian Garguez (Palestino).

  • Mediocampistas (8): Rodrigo Echeverría (León), Ignacio Saavedra (Sochi), Vicente Pizarro (Colo Colo), César Pérez (Defensa y Justicia), Felipe Loyola (Independiente), Luciano Cabral (Independiente), Lucas Assadi (U. de Chile), Javier Altamirano (U. de Chile).

  • Delanteros (8): Alexander Aravena (Grêmio), Ben Brereton Díaz (Southampton), Emiliano Ramos (Everton), Gonzalo Tapia (São Paulo), Bruno Barticciotto (Santos, México), Darío Osorio (Midtjylland), Lucas Cepeda (Colo Colo), Maximiliano Gutiérrez (Huachipato).

Dato útil: Son 18 jugadores en el exterior y 10 del medio local; es decir, un grupo con roce internacional, pero que nunca jugó junto en un escenario de alta tensión. La gestión de automatismos (presión, coberturas y salida) será el examen real del interinato.

Punto de vista crítico — Acertijos que debe resolver la Roja

1) Jerarquía en el arco. Sin Cortés y sin Bravo, la pizarra abre competencia real. Vigoroux parece llegar un paso adelante por recorrido, pero la comunicación con centrales y laterales en sector bajo será decisiva. Error no forzado en salida castiga doble en el Maracaná.

2) Lateral derecho y coberturas. La nómina no trae un “dueño” indiscutido del carril. Si juega Hormazábal, hay que blindarlo con Loyola o un interior de recorrido por ese lado. Brasil y Uruguay cargan mucho el segundo palo: ojo con el extremo opuesto cerrando como tercer central.

3) El 5 de la Roja. Echeverría ofrece despliegue y lectura; Saavedra aporta pase primer escalón. ¿Alcanza el binomio para sostener sin balón y acelerar con él? La dupla será el termómetro del equipo.

4) Creatividad entre líneas sin desorden. Assadi–Cabral–Altamirano invitan a ser protagonistas, pero el desafío es que esa creatividad no rompa la estructura (distancias cortas, apoyos, triángulos). La selección necesita pases progresivos y centros con ventaja, no regates por acumulación.

5) El 9 y la banda fuerte. Con Brereton o Barticciotto de referencia, Chile puede mezclar ataque al espacio y descarga de espaldas. Para que eso ocurra, una de las bandas debe ser productiva y no solo “ancha”: Osorio o Aravena deben sumar acciones de área (pases atrás, mano-alta, recortes al segundo palo).

Dos dibujos posibles (y cuándo usarlos)

4-2-3-1 “equilibrado” (vs Brasil en Río):
Vigouroux; Hormazábal, Díaz, Maripán, Suazo; Echeverría, Saavedra; Osorio, Assadi, Aravena; Brereton.
Claves: bloques de 15 min con presión media, transiciones rápidas a espalda de laterales y Acciones Base a balón parado para lastimar (Díaz/Maripán al segundo palo).

4-3-3 “activo” (vs Uruguay en Santiago):
Vigouroux; Hormazábal, Díaz, Maripán, Suazo; Pizarro, Cabral, Altamirano; Tapia, Brereton, Osorio.
Claves: altura de recuperación en campo rival, interiores que lleguen a zona de remate y centros rasantes al primer poste.

Métricas de éxito (más allá del resultado)

  • Rachas recibidas ≤3: si Brasil/Uruguay encadenan tres goles, cambio o ajuste táctico inmediato.

  • Recuperaciones altas: al menos 3 por tiempo.

  • Pases progresivos a la espalda del lateral rival: 6–8 por partido.

  • Acciones base a balón parado: generar al menos 5 acciones claras (córners/tiros libres) y defender zona + hombre en el segundo palo.

     

    ¿Adiós definitivo a la Generación Dorada?

    La decisión cierra una era y obliga a nuevos liderazgos: Díaz atrás, Suazo en banda, Echeverría en la base y, si responde, Assadi como cara del proyecto. El interinato se juega su crédito en cómo compite el equipo —orden, agresividad y valentía— más que en el marcador. Si la Roja muestra método, la conversación 2030 habrá empezado de verdad.