Desde las calles de Buenaventura, Colombia, hasta la costa de Taltal. La vida de Patricia es también la historia de Chamullitos, un local donde se mezclan sabores caseros, recuerdos musicales y colecciones que sorprenden a cada visitante.
			TALTAL — martes, 30 de septiembre de 2025. En la salida sur de Taltal, en pleno sector Pirámide, existe un rincón que huele a pan casero y sabe a historia. Se trata de Chamullitos, el negocio familiar de Patricia, una mujer que llegó desde Buenaventura, Colombia, y que en la comuna encontró no solo un lugar para vivir, sino también para compartir su cultura, su sazón y sus recuerdos.
Un viaje con sabor
El local abre sus puertas temprano, desde las 06:30 de la mañana hasta la 13:00 horas, y vuelve a recibir a sus clientes en la tarde, entre las 17:30 y las 20:30 horas. A esa hora, el aroma de las churrascas recién hechas en la parrilla se mezcla con el bullicio de los vecinos que llegan por un jugo natural, unas papas fritas o un completo.
Patricia recuerda que su llegada a Chile fue un proceso lleno de esfuerzo y cariño. “Yo llegué desde Colombia buscando oportunidades, y aquí en Taltal encontré mi lugar. Con estas churrascas compartimos con cada vecino que pasa”, comenta mientras sus manos, curtidas por el trabajo, dan forma a la masa sobre la parrilla.
Un local con identidad
Más allá del sabor, Chamullitos sorprende por su ambiente. Revistas antiguas, cómics, una colección de autos a escala y hasta un televisor clásico acompañan la decoración. Entre vinilos y cassettes, uno destaca especialmente: Camilo Sesto, el artista favorito que suena de fondo y acompaña las tardes del local.
“Yo llegué desde Colombia buscando oportunidades, y aquí en Taltal encontré mi lugar. Con estas churrascas compartimos con cada vecino que pasa”, explica Patricia, mientras muestra orgullosa las reliquias que ha reunido junto a su pareja, don Víctor.
Patrimonio vivo de Taltal
El local no solo ofrece churrascas y jugos naturales. Se ha transformado en un punto de encuentro comunitario, donde vecinos y viajeros se detienen a descansar, conversar y compartir. Muchos clientes vuelven no solo por la comida, sino también por la calidez de Patricia y el ambiente que combina tradición latinoamericana con la identidad costera de Taltal.
Una historia que inspira
De Buenaventura a Taltal, Patricia ha sabido levantar un espacio que refleja lo mejor de la migración: integración, esfuerzo y aporte cultural. Chamullitos es, al mismo tiempo, un negocio, un refugio de recuerdos y un testimonio vivo de cómo los sueños pueden echar raíces lejos de casa.
Visitar Chamullitos es mucho más que ir a comer: es viajar a través de la memoria y el sabor. En cada churrasca, en cada jugo natural, en cada objeto que decora sus paredes, hay un pedacito de la vida de Patricia, una mujer que convirtió su historia en un regalo para Taltal.
