El cuadro taltalino igualó 2-2 ante Boca Juniors de Antofagasta, forzó el alargue y terminó levantando el título en una dramática tanda que tuvo 14 penales, dos atajadas monumentales de Gregorio Garday y el gol consagratorio de Claudio “Cate” Naveas.
TOCOPILLA — domingo 30 de noviembre de 2025. La final prometía emociones fuertes, pero terminó entregando un capítulo inolvidable para la historia del fútbol amateur de Taltal. Escudo de Chile, representante de la Asociación de Fútbol Taltal, logró una hazaña tras remontar un 0-2, igualar en el segundo tiempo, resistir el alargue y finalmente coronarse campeón nacional Senior en una definición que tuvo de todo: tensión, errores, polémicas, empuje y un arquero tocado por la gloria.
Boca Juniors dominó ampliamente el primer tiempo, aprovechó desajustes defensivos y llegó al descanso con un 2-0 que parecía sentenciar la final. Pero Escudo de Chile nunca perdió el pulso. En la segunda mitad ajustó líneas, ganó intensidad en la mitad de la cancha y encontró el descuento tras un cabezazo potente de Índigo, que devolvió la esperanza. Minutos más tarde, un penal ejecutado con frialdad por Francisco Muñoz dejó el 2-2 y encendió un partido que ahora tenía sabor a epopeya.
En el camarín, la charla del entretiempo fue el primer punto de quiebre. El técnico Cristian Rojas lo explica sin rodeos:
“Ese día conversamos que había que cambiar la actitud y el sistema de juego. Pasamos de cuatro en el fondo a línea de tres y adelantamos un defensa al mediocampo para presionar más arriba. Ellos también cometieron errores y supimos aprovecharlos”. Sobre el golpe emocional de ir 0-2 abajo, admite lo complejo del momento: “Fue difícil. Mucha conversación, mucho enfoque. Que no se desconcentraran. Que nada se pierde hasta que suena el silbato. Por suerte los chicos lo entendieron y sacaron adelante el partido”.
El alargue fue puro desgaste. Ambos equipos tuvieron aproximaciones, pero el físico pasó factura y los arcos permanecieron cerrados. Para Rojas, no fue solo táctica o fútbol:
“Venía el cansancio del viaje, el golpe anímico del inicio. Pero había que mover piezas. En una final nadie quiere salir, todos quieren dar el máximo. Tuvimos que arriesgar, modificar, y gracias a Dios resultó”. Escudo de Chile llegaba vivo a los penales.
Ahí emergió la figura monumental de Gregorio Garday, arquero de Escudo de Chile, quien tapó tres penales y sostuvo la fe del plantel taltalino cuando la definición entraba en su tramo más doloroso y decisivo. El propio DT lo reconoce:
“En casi todos los partidos la definición fue a penales, y Garday siempre apareció. Atajó tres en varias series, dos en la final. Fue determinante. Sabíamos que se podía repetir, por eso practicamos penales antes de las últimas fases. Los que tenían más confianza fueron los primeros en ejecutar”.
Escudo falló dos lanzamientos —incluido uno de González y otro de Espinoza—, pero Garday respondió una y otra vez: contuvo el cuarto penal de Boca, luego el noveno en la muerte súbita y, finalmente, dejó el camino despejado para la ejecución final.
El responsable de la gloria fue Claudio “Cate” Naveas, quien tomó el balón con serenidad absoluta, caminó al punto penal y definió cruzado, abajo, imparable. Gol, título y desahogo total. Taltal gritó campeón nacional Senior por primera vez.
Para Rojas, la clave de este plantel fue siempre la misma:
“La entrega, la garra, la lucha. Ellos se conocen desde años, pero no tenemos liga de 35 como Antofagasta o Calama. No jugamos todo el año. Para nosotros es un doble mérito. Hay jugadores arriba de los 40 y aun así responden, compiten y están en buen tono físico. Es un grupo que creyó de verdad que podía dar vuelta el resultado”.
El plantel celebró abrazado, entre lágrimas, con el puño apretado y un orgullo que queda para siempre en la memoria del fútbol amateur. Escudo de Chile no solo ganó un campeonato: escribió historia.
