A los 72 años murió el histórico entrenador español Xabier Azkargorta, recordado por dirigir a la Selección Chilena en los años previos al Mundial de Francia 98 y por ser el artífice de la clasificación de Bolivia a Estados Unidos 1994. Su paso por Chile fue breve, intenso y polémico. Pero más allá de los resultados, Azkargorta aportó una visión moderna y una dupla que cambiaría la historia de la Roja: Zamorano y Salas.
SANTA CRUZ DE LA SIERRA, BOLIVIA, sábado 15 de noviembre de 2025. – Xabier Azkargorta asumió la dirección técnica de la Selección Chilena en marzo de 1995, con el desafío de liderar el proceso rumbo al Mundial de Francia 1998. En poco más de un año, dirigió cerca de una veintena de partidos, con un saldo mixto de triunfos, empates y derrotas, pero dejando una huella táctica y conceptual innegable.
Fue bajo su mando cuando por primera vez coincidieron en la delantera Iván Zamorano y Marcelo Salas, en un amistoso ante México, el 29 de marzo de 1995. Aquella sociedad —la más recordada del fútbol chileno moderno— nació gracias a la mirada ofensiva del técnico vasco.
Aunque su etapa estuvo marcada por tensiones dirigenciales y críticas mediáticas, Azkargorta impulsó una metodología que priorizaba la planificación, el análisis y la disciplina. Su trabajo sirvió de base para el proceso que, años después, llevaría a la Roja al Mundial de Francia bajo la conducción de Nelson Acosta.
Su despedida fue tan recordada como su llegada. Antes de abandonar la banca nacional en 1996, pronunció la frase que quedó grabada en la historia: “Esperemos que, muerto el perro, se acabe la rabia.” Una declaración enigmática que reflejaba tanto la frustración como la pasión de su vínculo con Chile.
El legado del “Bigotón”
A nivel internacional, Xabier Azkargorta será siempre reconocido por haber llevado a Bolivia al Mundial de Estados Unidos 1994, un logro histórico e irrepetible para el país altiplánico. En España, dirigió a clubes como el Espanyol, Sevilla, Valladolid y Tenerife, siendo uno de los entrenadores más jóvenes en debutar en Primera División.
Conocido como “el Bigotón”, predicaba una filosofía que resumía su esencia: “Se juega como se vive.” Para él, el fútbol era una manifestación cultural, emocional y humana. Su estilo, más pedagógico que autoritario, influyó en generaciones de técnicos latinoamericanos.
Reflexión y legado en Chile
Azkargorta no fue un técnico más en la Roja. Fue un punto de inflexión: introdujo conceptos tácticos europeos, defendió la planificación a largo plazo y confió en la juventud cuando el fútbol chileno vivía tiempos convulsos.
Hoy, su nombre se recuerda como el del entrenador que no alcanzó el Mundial, pero sí sembró la idea de que Chile podía competir de igual a igual con cualquiera, y que el talento local —representado en “Bam-Bam” y el “Matador”— debía potenciarse con visión y método.
Un adiós con gratitud
Su partida deja en duelo a quienes valoran la historia profunda del fútbol. Xabier Azkargorta fue más que un técnico: fue un formador, un puente entre culturas y un adelantado en la comprensión moderna del juego.
En Chile, su legado no se mide en puntos ni clasificaciones, sino en ideas y en la huella que dejó en una generación que aprendió a soñar con una Roja más profesional y ambiciosa.
Descanse en paz, Xabier “Bigotón” Azkargorta (1953 – 2025).
