En su paso por Calama, Antofagasta y Mejillones, Jeannette Jara reforzó propuestas en seguridad, fronteras y minería; pero su programa (74 págs.) apenas nombra a Antofagasta —hidrógeno verde y control de concesiones en el Hospital Regional— y no fija obras nuevas para la región. La jornada estuvo cruzada por cambios de agenda y descoordinaciones señaladas por dirigencias locales.

ANTOFAGASTA — jueves 21 de agosto de 2025. La candidata presidencial del oficialismo, Jeannette Jara (PC), inició su gira por la Región de Antofagasta con actos en Calama, Antofagasta y Mejillones. Mientras en terreno reforzó propuestas en seguridad, fronteras, minería y medioambiente, su programa de 74 páginas solo menciona a Antofagasta en dos apartados (hidrógeno verde y control de concesiones en el Hospital Regional), sin detallar obras nuevas con nombre y apellido para la región. La jornada estuvo cruzada por cambios de última hora en la agenda y tensiones por decisiones definidas desde Santiago.
1. La ruta en el territorio (con modificaciones sobre la marcha)
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Miércoles 20, Jara abrió la gira en Plaza 23 de Marzo (Calama) con un acto público.
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Jueves 21, Antofagasta: el primer encuentro, anunciado originalmente en la CUT (Riquelme 483), se trasladó a la Asociación de Empleados Públicos (Bolívar 644) a las 10:00.
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Al mediodía encabezó un banderazo y caminata por Plaza Colón–Prat–Matta, con unas 200 personas según el aforo observado en terreno.
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En la tarde, su comando informó reuniones con organizaciones en Mejillones (incluida la Asociación de Jubilados) y presencia en la Cena de la Minería en Antofagasta para dialogar con el sector.
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Dirigentes locales acusaron improvisación y descoordinaciones: cambios de hora y lugar comunicados a última hora, y definiciones “bajadas” desde la capital que desdibujaron la logística regional.
2. Lo que dijo en Antofagasta (seguridad, fronteras, IA y minería)
En entrevistas con medios regionales, Jara detalló un eje de seguridad pública y frontera con foco tecnológico y dotaciones:
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“Muro digital” y tecnología: uso extensivo de drones especializados, televigilancia e inteligencia artificial (IA) para prevención, persecución y control fronterizo.
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Nueva “policía fronteriza” y aumento de dotaciones en Carabineros y PDI, además de interoperabilidad de bases de datos estatales.
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Infraestructura penitenciaria: construcción de nuevos recintos y segregación de población penal para enfrentar el crimen organizado.
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Primeros 100 días (si llega a La Moneda):
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Si el acuerdo Codelco–SQM no queda zanjado, impulsar una Empresa Nacional del Litio (brazo estatal) para asegurar participación pública en salares.
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Plan efectivo de descontaminación exigido a Codelco en Calama.
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Atribuciones para FF.AA. en control de frontera, y nuevo escalafón de formación en Carabineros con foco fronterizo.
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Meta salarial a $750 mil vía negociación tripartita, con apoyo a pymes y condicionada al ciclo económico.
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Minería: proyecta US$80–100 mil millones de inversión en la próxima década, con énfasis en agregar valor (más cátodos, menos concentrado) y estándares ambientales más exigentes.
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IA en servicios públicos: triage automatizado en salud y análisis inteligente de containers en puertos para subir la tasa de fiscalización.
En paralelo, Jara afirmó en otra entrevista que su programa “se está nutriendo” con lo recogido en regiones y que “sí trae nuevas propuestas en seguridad”, con refuerzo fronterizo, FF.AA. y tecnología (drones, sistemas especializados).
3. El papel frente al territorio: ¿qué trae para Antofagasta?
El documento programático (74 páginas) presentado esta semana hace solo dos referencias a Antofagasta:
a.- destrabar la cartera de proyectos de hidrógeno verde.
b. controlar plazos y costos de concesiones, con mención al Hospital Regional.
No incorpora —por escrito— proyectos de infraestructura nuevos para la región (rutas, trenes, hospitales, desaladoras, parques urbanos o equipamientos con nombre y apellido). Esa brecha entre el discurso en terreno y el texto del programa abre preguntas legítimas para una región que aporta gran parte de la minería y energía del país y que reclama descentralización y inversión pública sostenida.
Preguntas abiertas que la candidata y su equipo deberían despejar:
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¿Habrá metas y cronogramas verificables para descontaminación en Calama y el borde costero de Antofagasta?
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¿Qué obras específicas (rutas, conectividad urbana, vivienda, seguridad urbana, agua, salud) se comprometerán con presupuesto y fecha?
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¿Cómo se implementará el “muro digital” en frontera: cobertura, costo, proveedores, estándares de datos y resguardo de derechos?
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¿Cuál será la hoja de ruta si no prospera Codelco–SQM y se opta por un brazo estatal del litio?
4. Política y manejo de campaña
La visita mostró tracción callejera (alrededor de 200 adherentes en el banderazo), pero también ruido interno por la forma de coordinar desde el nivel central. Esa tensión entre presencia territorial y centralismo operativo será una prueba para cualquier gobierno que prometa escuchar a regiones.
La gira dejó dos imágenes nítidas: capacidad de movilización en calle —cerca de 200 adherentes entre Plaza Colón y Prat— y un vacío programático para Antofagasta que el propio comando promete “complementar” sobre la marcha. Para una región que sostiene minería, energía y logística nacional, dos menciones en 74 páginas (hidrógeno verde y control de concesiones del Hospital Regional) no alcanzan. El punto crítico ya no es el diagnóstico, sino el calendario y el financiamiento.
¿Qué cambiaría el tono de la visita y convertiría el discurso en plan? Tres llaves medibles en el corto plazo:
- Anexo Regional Antofagasta con cartera priorizada 2026–2029 (obras urbanas y de borde costero, transporte público y conectividad, agua y residuos), con montos, plazos y fuente de recursos (Presupuesto, FNDR, royalty minero).
- Seguridad con métricas, no solo conceptos: dotación, tecnología (drones operativos con pilotos certificados), patrullajes fronterizos y metas de reducción delictual trimestrales reportables.
- Productividad territorial: hoja de ruta para destrabar proyectos de H2V y su cadena de proveedores locales; metas en empleo regional, compras públicas Mipymes y formación técnica ligada a minería y energía.
En paralelo, quedan pendientes compromisos sobre campamentos y vivienda (metas por trimestre), listas de espera y gestión clínica del HRA (indicadores con corte mensual), plan La Chimba (salud y fiscalización), y descentralización efectiva de decisiones —no solo ejecución— en el Gobierno Regional. Si hay nuevas definiciones en Antofagasta, Mejillones e incluso Taltal —o si no las hay—, las mediremos con la misma vara: fechas, cifras y resultados. Porque en esta región, el apoyo no se gana con slogans; se gana con obras, servicios que funcionan y seguridad que se nota.