La Seremi de Salud inició sumario y ordenó el cierre inmediato del local de comida rápida. Se constataron equipos sin mantención, hongos en máquinas de hielo, óxido, grasa acumulada y condiciones que favorecen la contaminación cruzada. El recinto podrá reabrir solo después de corregir y acreditar mejoras en nueva inspección.

ANTOFAGASTA — viernes 22 de agosto de 2025. La Seremi de Salud clausuró temporalmente el local de comida rápida Juan Maestro en Mallplaza Antofagasta e inició un sumario sanitario luego de recibir una denuncia ciudadana por redes sociales sobre la presencia de un tornillo en una preparación. Durante la fiscalización, el equipo de la autoridad constató falta de mantención en diversos equipos, presencia de hongos en máquinas de hielo sin hermeticidad adecuada, óxido y grasa en la plancha churrasquera y rejillas de refrigeración, polución en equipos de bebidas y café, además de malas prácticas de manipulación, ausencia de procedimientos actualizados (buenas prácticas y limpieza) y baños del personal con aseo deficiente y mal olor. El local no podrá funcionar hasta corregir todas las no conformidades y superar una nueva inspección oficial.
La prohibición de funcionamiento es la herramienta más restrictiva que contempla el Reglamento Sanitario de los Alimentos cuando se verifican riesgos inaceptables para la inocuidad. No es una multa inmediata, sino una medida de resguardo: suspende la atención al público de forma total hasta que el establecimiento limpie, repare, valide y documente cada corrección. En paralelo, el sumario sanitario abre un proceso administrativo donde el establecimiento puede presentar descargos; al término, la Seremi resuelve sanciones que van desde 0,1 hasta 1.000 UTM, según gravedad, reincidencia y cooperación. El cierre se levanta únicamente si una reinspección comprueba que el riesgo fue eliminado y que existen controles permanentes para evitar su reaparición.
Lo encontrado en la fiscalización —hongos en la máquina de hielo, equipos con óxido, grasa acumulada y polución en dispensadores— apunta a fallas de saneamiento y mantención que, en la práctica, se gestionan con dos sistemas básicos: POES y HACCP. Los POES (Procedimientos Operacionales Estándar de Saneamiento) son los pasos escritos y verificables para limpiar, desinfectar, mantener y registrar cada equipo crítico: por ejemplo, desarme diario de boquillas y tapas de la máquina de hielo, desinfección con tiempos de contacto definidos, sanitización profunda semanal del circuito, limpieza de filtros y planillas firmadas por turno. El HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) es el sistema preventivo que identifica peligros microbiológicos, químicos y físicos (como cuerpos extraños), fija límites críticos —temperaturas de cocción ≥74 °C, frío ≤5 °C, caliente ≥60 °C—, exige monitoreo, acciones correctivas y registros. Cuando la autoridad detecta hongos, óxido o suciedad visible, normalmente también encuentra POES desactualizados o HACCP que no se aplica día a día, lo que explica la severidad de la medida.
En concreto, para reabrir el local deberá acreditar ante la Seremi: limpieza y desinfección integral de todas las superficies y equipos; reparación o recambio de maquinarias con óxido, piezas sueltas o falta de hermeticidad; calibración de termómetros y verificación de temperaturas de cocción, mantención en frío y caliente; formalización y puesta en marcha de POES e HACCP aplicados (no solo manuales en papel), con registros diarios y supervisión; capacitaciones a manipuladores (crudo/cocido, lavado de manos, uso de guantes, cambio de utensilios); mejoras sanitarias en baños de personal y control de plagas documentado. La autoridad puede complementar con hisopados de superficies y análisis microbiológicos de hielo/agua para confirmar resultados.
Para clientes y familias que consumen en Mallplaza —muchos de ellos trabajadores de turno minero, pescadores que pasan por la ciudad y comerciantes que almuerzan al paso—, el caso deja una lección práctica: si detectas una irregularidad, guarda evidencia (boleta, fotos, video), evita seguir consumiendo el producto, reporta de inmediato al administrador del local y formaliza la denuncia en los canales de la Seremi de Salud (plataforma de denuncias) y, si corresponde, en SERNAC por calidad y seguridad. Estas alertas ciudadanas activan fiscalizaciones como la de este caso y ayudan a elevar el estándar sanitario del patio de comidas completo, donde los riesgos se comparten por agua, superficies y flujos de personas.
¿Por qué nos importa?
A corto plazo, lo probable es que el establecimiento presente un plan de acciones correctivas y solicite nueva inspección para levantar el cierre, especialmente en vísperas de fechas de mayor afluencia. Más allá de la sanción económica que determine el sumario, el costo reputacional obliga a implementar auditorías externas periódicas, listas pre-operacionales para detectar tornillos sueltos o piezas faltantes antes de abrir, y muestreos de hielo/boquillas con laboratorios acreditados. Si el centro comercial estandariza estos controles en todas sus concesiones, el efecto es de “piso sanitario” común: menos cierres, menos reclamos y más seguridad para quien compra y para quien trabaja. Esa es la vara que la comunidad espera en Antofagasta y que también miran Paposo, Cifuncho y Taltal, donde muchos viajan, comen rápido y vuelven a faena.
La prohibición de funcionamiento a “Juan Maestro” no es un titular más: es un recordatorio de que la inocuidad se construye todos los días con limpieza verificable, mantención real y controles que dejan rastro. La denuncia en redes sociales encendió la alerta; la fiscalización confirmó que había riesgo y el cierre protege a la población mientras se corrige. Lo que viene ahora no es solo “sanear y abrir”, sino demostrar con evidencia que el local puede operar sin poner en jaque la salud de sus clientes. En Radio Pulso Comunal seguiremos ese proceso —porque la confianza, en Antofagasta y en todo nuestro territorio costero y minero, se gana con hechos— y te contaremos cuándo y bajo qué condiciones se levanta la medida.