El primer debate presidencial televisado reunió a los ocho candidatos en un escenario donde la seguridad, la migración y la economía marcaron las diferencias más nítidas.

SANTIAGO — jueves, 11 de septiembre de 2025. Transmitido por Chilevisión y moderado por Macarena Pizarro y Daniel Matamala, el encuentro tuvo una duración superior a dos horas y reunió a José Antonio Kast, Jeannette Jara, Evelyn Matthei, Marco Enríquez-Ominami, Franco Parisi, Johannes Kaiser, Harold Mayne-Nicholls y Eduardo Artés. El formato de debate abierto permitió cruces directos, propuestas diferenciadas y frases que rápidamente se viralizaron en redes sociales, perfilando los ejes que dominarán la recta final de la campaña presidencial.
Ocho candidatos frente a frente
El escenario reunió por primera vez a José Antonio Kast (Partido Republicano), Jeannette Jara (Unidad por Chile), Evelyn Matthei (Chile Vamos), Marco Enríquez-Ominami (independiente), Franco Parisi (Partido de la Gente), Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario), Harold Mayne-Nicholls (independiente) y Eduardo Artés (independiente). Moderados por Macarena Pizarro y Daniel Matamala, los postulantes tuvieron más de dos horas para exponer visiones y confrontar ideas en un formato de debate abierto.
El tono general osciló entre la confrontación directa —principalmente entre Kast y Jara— y la búsqueda de instalar propuestas diferenciadoras. La ciudadanía, a través de redes sociales, reaccionó en tiempo real, destacando algunos momentos como virales y proyectando percepciones de ganadores y perdedores.
Seguridad: el tema dominante
El crimen organizado y la violencia urbana ocuparon buena parte del debate. Kast insistió en que “cada ocho horas asesinan a un chileno” y reiteró su propuesta de tipificar la migración ilegal como delito. Matthei, en tanto, planteó un plan con 12 medidas coordinadas desde la Presidencia, mientras Kaiser defendió flexibilizar el acceso a armas para “la gente honesta” y declaró que “la policía normalmente llega después de que te cometieron el delito”.
Jara defendió la persecución del lavado de dinero como foco principal contra el narcotráfico, mientras Enríquez-Ominami propuso recuperar 400 barrios con más presencia estatal. Parisi sorprendió al insistir en “minar el norte” y crear una policía aeroportuaria, propuestas que generaron fuerte reacción en redes sociales.
Migración: el eje más polémico
Las posturas en torno a la migración irregular reflejaron una línea divisoria. Kast y Kaiser rechazaron cualquier proceso de regularización, apostando por la expulsión inmediata y endurecer controles. Matthei propuso expulsar a 10 mil extranjeros con orden judicial pendiente y a 3 mil internos en cárceles chilenas.
Jara, en contraste, defendió un empadronamiento nacional “para saber quiénes son, dónde están y qué antecedentes tienen”, propuesta que reconoció inspirada en planes aplicados durante gobiernos anteriores. Enríquez-Ominami advirtió sobre el riesgo de una mirada “caricaturesca” y destacó la dimensión demográfica, mientras Mayne-Nicholls recordó su origen inmigrante y llamó a soluciones realistas.
Salud y listas de espera
El colapso del sistema público y las listas de espera marcaron otra sección clave. Matthei aseguró que en un año eliminará la espera oncológica GES, mientras Kaiser prometió resolverla en 70 días con un “estado de emergencia sanitaria”. Jara planteó ampliar la formación de especialistas y fortalecer la red pública, mientras Enríquez-Ominami prometió importar mil médicos y criticó la falta de financiamiento estructural.
Mayne-Nicholls defendió la telemedicina y la cobertura complementaria de Fonasa, mientras Artés planteó un sistema estatal universal. Kast enfatizó en “recuperar el control de las postas rurales” y criticó la ineficiencia en la gestión de recursos.
Economía y empleo
La discusión sobre el salario mínimo abrió un contrapunto claro. Jara y Artés defendieron un ingreso vital de $750 mil, acompañado de subsidios a las pymes. Kaiser y Matthei alertaron sobre el riesgo de mayor desempleo, recordando las advertencias del Banco Central.
Parisi apeló al “sueño de la casa propia” y propuso rebajar impuestos, mientras Kast planteó recortar 10 mil operadores políticos y simplificar regulaciones para generar más empleos. Enríquez-Ominami propuso un Estado “apalancador” que, junto a la inversión privada, movilice más de US$30 mil millones para reindustrializar el país.
Pensiones y PGU
La reciente reforma previsional generó divisiones. Kast aseguró que defenderá los fondos individuales y que “la seguridad es no tocar los ahorros de los trabajadores”. Matthei valoró la mejora de la PGU y destacó la reducción de la brecha de género.
Enríquez-Ominami calificó a las AFP como “muertas” y propuso un sistema de seguros solidarios, mientras Artés criticó el fortalecimiento del modelo privado con el nuevo 6%. Jara defendió su rol como ministra en la tramitación de la reforma y aseguró que no permitirá retrocesos.
Política exterior y gobernabilidad
Consultados por referentes internacionales, Jara mencionó a Claudia Sheinbaum, mientras Enríquez-Ominami destacó a Lula da Silva. Kaiser, en tanto, citó a Henry Kissinger y defendió alinearse con “el mundo libre”.
Sobre Venezuela, solo Kaiser apoyó una eventual intervención militar de Estados Unidos, mientras el resto rechazó esa posibilidad. En cuanto a la gobernabilidad, Matthei llamó a “cuidar la democracia y el tono del debate”, mientras Mayne-Nicholls se presentó como una opción de unidad y Artés denunció la “criminalización de la protesta popular”.
Cierres y mensajes finales
En sus minutos finales, Kast habló de un Chile en “emergencia” que requiere orden; Jara dio su “palabra de mujer” para cumplir sus compromisos; Parisi pidió “una oportunidad” y prometió meritocracia; Enríquez-Ominami se definió como “un presidente de mediación”; Matthei prometió un millón de empleos; Kaiser se presentó como alternativa a un sistema “que se sirve a sí mismo”; Mayne-Nicholls ofreció “devolverle el alma a Chile”; y Artés llamó a reconstruir una izquierda “valiente frente al fascismo”.
Un debate que anticipa una campaña polarizada
Más allá de las propuestas, el debate evidenció un clima de desconfianza y crispación política. La confrontación directa entre Kast y Jara dominó la escena, mientras Matthei y Enríquez-Ominami intentaron proyectar experiencia y pragmatismo. Parisi buscó diferenciarse con un discurso “antisistema”, y Mayne-Nicholls apostó por la mesura.
Con encuestas aún abiertas, la cita televisiva mostró que la seguridad, la migración y el empleo son los temas más sensibles para el electorado. El rumbo de la campaña dependerá de quién logre conectar con las preocupaciones cotidianas de los chilenos y proyectar gobernabilidad en un escenario de polarización creciente.