Dos sesiones (12:00 y 18:00) con organizaciones, dirigentes y vecinos clarificaron mitos sobre el ECMPO, mapearon sitios de valor cultural y acordaron pasos para ordenar el borde costero con enfoque biocultural. Hubo compromisos de sistematización, formación de guías locales y criterios de carga para proteger los lugares.

Jornada doble en la Biblioteca de Taltal acordó una hoja de ruta para turismo comunitario e indígena: aclaración de mitos sobre el ECMPO, mapeo sensible y formación de guías locales con enfoque biocultural.

TALTAL — sábado, 23 de agosto 2025. La Biblioteca Municipal se convirtió en un taller ciudadano de escucha activa y diseño colaborativo. Convocados por CEC·PAN (Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio Natural), Taltal Sustentable y Kamanchaka Ecotour, decenas de asistentes compartieron miradas sobre el territorio, despejaron dudas del Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) Paposo–Taltal y trabajaron un mapeo comunitario de usos, sitios significativos, senderos, caletas y áreas sensibles. La premisa fue nítida: crecer en turismo sin perder identidad, cuidando el entorno y sin excluir a quienes ya viven y trabajan en la costa.

El encuentro partió contextualizando por qué Taltal y Paposo son considerados un tesoro biocultural: una costa desértica con rasgos relictos y ocupación humana por más de diez mil años, donde cultura y biodiversidad se entrelazan en prácticas de pesca, recolección, movilidad costera y arte rupestre. En esa escala larga, el turismo comunitario aparece como una vía para valorar y resguardar ese patrimonio, traduciendo saberes locales en experiencias con baja huella y beneficios tangibles e intangibles para la comunidad.

Qué se discutió (y se acordó) en las salas de trabajo

El bloque central abordó tres ejes:
1. Ordenamiento territorial con criterios de carga (cuántas personas, dónde y cuándo),
2. Diseño de productos turísticos con identidad (rutas guiadas, relatos, oficios, caminatas interpretativas)
3. Gobernanza para coordinar actores —comunidades, sindicatos de pescadores, escuelas, emprendedores, municipio, servicios públicos—. Se identificaron puntos de alta sensibilidad (fauna, flora y patrimonio) y zonas aptas para actividades guiadas, incluyendo áreas en torno a Paposo, Cifuncho, Quebrada San Ramón y Cerro Perales, así como el casco histórico y humedales costeros.

Estas líneas son coherentes con propuestas comunitarias previas para proteger Quebrada San Ramón–Cerro Perales como Santuario de la Naturaleza, resaltando su valor en biodiversidad, arqueología y educación al aire libre.

“No queremos masificar por masificar. Queremos hospitalidad con límites, visitas guiadas por gente del lugar, rutas interpretadas y protocolos claros para que los sitios no se degraden”, resumió una de las organizaciones convocantes en la plenaria.

Mitos y realidades del ECMPO

Una parte clave fue desmontar mitos. Con apoyo técnico se aclaró que el ECMPO no impide el acceso público a playas ni la navegación, y que no se superpone a áreas de manejo ni concesiones vigentes. También se explicó que su administración puede incluir a usuarios no titulares (por ejemplo sindicatos de pescadores, recolectoras y guías), y que su espíritu es compatibilizar usos tradicionales con conservación y turismo de baja escala. Se revisó la ruta administrativa: ingreso de la solicitud, análisis de sobreposiciones, acreditación de usos por CONADI, consulta indígena, evaluación por la comisión regional intersectorial del borde costero, destinación marítima y plan de administración. Se advirtió además sobre demoras que hoy exceden lo razonable y la necesidad de seguimiento ciudadano para que los procesos no queden “congelados”.

Territorio vivo: por qué importa el enfoque biocultural

La jornada conectó los acuerdos con un marco más amplio: Taltal, Paposo y su franja litoral concentran riqueza cultural y bioecológica que la comunidad reconoce como patrimonio. Los atributos naturales y culturales —de caletas y sitios arqueológicos a cactus, aves marinas y bosques de huiro— pueden transformarse en recursos de uso comunitario si se gestionan con reglas y monitoreo, potenciando economías circulares, turismo sustentable y cooperación local. Ese enfoque invita a proteger y valorar antes de explotar: planificar visitas, prevenir impactos y no degradar los lugares que sostienen la experiencia.

El Paisaje Cultural de Taltal no es solo escenario: es la trama que sostiene oficios, fiestas, rutas de movilidad y especies nativas. De ahí la insistencia en protocolos de visita (preparación, hidratación, guías locales, no dejar rastro, control de mascotas) y en educación patrimonial para escuelas y turistas.

Descarga aquí la Guía básica de paisajes culturales de Taltal:
historia y biodiversidad

Portada del  libro de investigación científica Guía básica de paisajs naturales de Taltal: historia y biodiversidad